Imagino que eres un sonido distante,
un golpe lejano en una calle vacía.
Imagino que no me tocas por más que lo intentes,
imagino que todos nuestros encuentros se frustan.
Te cuento, amor, que quisiera que estuvieras lejos,
que la soledad contigo parece un simulacro del pasado,
que dueles como cuando se termina una botella de gaseosa en verano,
como cuando pateaba piedras al lado de la vereda.
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Te cuento, amor,
que he olvidado el nombre de todas las constelaciones
que alguna vez te mostré,
que ya no tengo nada propio.
Y que no conozco nada más que
mi nombre,
mi perro,
el desorden de mi cuarto,
el frío de esta tarde.
Te cuento que las horas ya no marchan a mi ritmo,
que mi caligrafía está cada vez más torpe,
que ya nunca se qué disco tocar,
que olvidé el nombre de mis cineastas favoritos,
que ultimamente creo que nunca en verdad los tuye.
Te cuento, amor, que no queda en mi mucho más que amar.
